Necesitamos una teoría sobre la visualidad del manga (漫画) ahora. Esto resulta esencial y necesario. Al menos, por ahora, un bosquejo que nos permita pisar suelo firme a la hora de enfrentarnos con este género. De lo contrario, es poco probable que el manga sea valorado y estimado con la seriedad que requiere. En efecto, si no se presenta en la inmediatez algo parecido a una teoría o, que solvente el problema como si se tratase de una, el manga (en occidente) seguirá dos senderos seguros:
1_ Occidentalización irreversible del manga: proceso ya iniciado y que cada día se ramifica con mayor fuerza. Este fenómeno es propio de una etapa inicial de relación con el objeto ajeno y desconocido a nuestra cultura. Se concibe en la sustitución de un significado japonés por uno occidental en un determinado signo. Ejemplos, hay muchos. En efecto, uno de los más conocidos es el significado de la forma que lo ojos son representados en el manga. En aquel ejemplo, existen muchas interpretaciones, como el deseo que puedan tener los japoneses por unos ojos grandes. Como se darán cuenta, el significado de los ojos adquiere una interpretación occidental: el deseo nipón de parecerse a occidente. La pregunta debe ser ¿cuál es el significado que el artista colocó en esos ojos? ¿Porqué decidió tal forma? Es allí, a ese punto, la comprensión de la decisión del artista y su justificación es donde se debe aspirar siempre. Lo otro, es familiarizarnos sólo desde nuestro punto de vista cultural con lo desconocido. Deviene el problema cuando este proceso no se estanca, produciéndose un expansivo proceso de cambio de significados que, a la larga, corta de raíz el sentido original y auténtico puesto por el artista japonés.
2_ Desvalorización y desmoronamiento de la autonomía del manga frente al comic occidental: efecto directo del primero. Tanto el primer punto como el segundo son directamente proporcionales. En la medida que más significados japoneses sean reemplazados por occidentales, más valor único, originalidad, distancia y esencia japonesa pierde el manga frente al cómic ¿Por qué? pues bien, si proyectamos este proceso de occidentalización a uno de los grados terminales, los significados nipones serán reemplazados por los occidentales, de tal manera, que el manga será leído y entendido como si fuera un comic americano. Se pierde el valor único, es decir, la esencia nipona inyectada en el producto. En esta misma línea, los recursos representacionales japoneses serán puestos en las producciones de comic occidentales, mezclados y rearticulados; perdiendo el manga la línea que lo diferenciaba con otras manifestaciones parecidas en este lado del planeta. Surgirá un nuevo producto -más occidental que híbrido- entre lo japonés y norteamericano. Se pierde absolutamente la distancia y autonomía del manga.
Ya tenemos ciertos objetivos para una posible teoría sobre la visualidad del manga: estancar el proceso de sustitución de significados japoneses, restablececiendo la distancia y particularidad del manga frente al comic occidental, y resguardar -por sobre todo- la comprensión más adecuada para este arte, impidiendo (lo mejor que se pueda) una contaminación interpretativa que derive en el primer punto. La solución se puede gestar, por el momento, en encontrar los orígenes del manga, así como sus influencias y corrientes. Determinar las características de este arte, sus particularidades y los elementos que yacen por debajo de cada artista y son propios a todos los géneros manga. La tarea es grande y la voluntad también. Hoy es el momento de ponerse manos a la obra; más tarde, los resultados serían infructuosos.
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